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POEMARIO: EVOCACIÓN MARINA



Evocación Marina.

Para mí, la evocación del mar eres tú,
es ese recuerdo de días felices, de solaz despreocupado,
es sentir la brisa fresca en el rostro moreno de tanto sol,
es dejar dos largas hileras de huellas sobre la arena,
y ver las aves marinas volando libres en el viento.

Para mí, la evocación del mar son tus ojos,
en ocasiones de un verde profundo al amanecer;
al ocaso, cálidos y somnolientos pidiendo amor,
a veces, con tonos grises de cielo encapotado y
gruesas gotas de lluvia cayendo por tus mejillas.

Para mi, la evocación del mar son conchas y caracolas,
y pisadas de gaviotas junto a tus pies pequeños,
son cangrejos y estrellas marinas, en fuga, perseguidos,
y dos niños jugando y riendo en la arena, entre las olas.

Para mí, la evocación del mar es tu piel,
blanca y suave piel, como suave y blanca arena,
una ardiente blancura bajo el sol del mediodía;
es una sed infinita de ti en noches de amor y pasión,
apagada por mi océano refugiándose en tus playas.

Para mí, la evocación del mar es tu pelo,
banderola desplegada, ondeando alegre al viento,
son tus labios rojos, horizonte de fuego atardeciendo,
es ver tu figura esbelta, perdiéndose entre la bruma.

Para mí, la evocación del mar es el amor en noches tibias,
son tus besos, es el clímax prolongado hasta el amanecer,
es el suave aroma de nardos de tu boca, es tu aliento,
es la vida apacible que en ti cada día vuelve a renacer.

Para mí, la evocación del mar también es tristeza,
una honda melancolía invadiéndome lentamente al atardecer,
es ver partir los buques hacia tierras ignoradas y lejanas,
son murmullos del aire, cielo, mar y tierra en una noche de estío.

Julio de 1999.


Francisco Valdés de la Torre


Memento audere semper