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jueves, 24 de diciembre de 2015

Felices Fiestas de Natividad




Escribo para desearos una Feliz Navidad.
¿Pero qué hace tan especial este día?,  ¿Por qué se celebra en todo mundo?,  ¿Por qué el nacimiento de Jesús después de más de 2000 años es recordado y celebrado por toda la humanidad de este planeta?,  ¿Te lo has preguntado?
Aunque algunos, los orientales, los ateos y el mundo socialista, pretenden decir: antes de la era común y después de la era común (A.C. y D.C.), Todos sabemos que nos referimos a Él, a Jesús de Nazaret, Él es el referente mundial en la historia de la humanidad, eso es lo que hay que saber y reconocer.
La pregunta es ¿Por qué?, ¿Por qué Él?, Sí ha habido otros hombres sabios, así es, pero ninguno como Él, además de sabiduría con ese poder sobre la naturaleza, con ese poder sobre la vida, con ese poder sobre la enfermedad, con ese poder sobre lo desconocido, aún veinte siglos después: nadie como Jesús.
Él mostró así su naturaleza Divina, pero también lo Divino que hay en cada Ser Humano, en cada uno de nosotros.
Porque Jesús es un parteaguas en el discurrir de la historia mundial, Él nos revela el camino para despertar lo divino que hay en cada ser humano, para que cada hombre y cada mujer puedan ser uno con la Consciencia Suprema y trascender la realidad material mediante la evolución del Espíritu.
A mi ver, la primera clave es la fe, la voluntad y decisión de creer haciendo uso del libre albedrío, la fe abre puertas dimensionales que llevan a  realidades y potencialidades antes no conocidas, la fe las hace surgir aparentemente de la nada.
La siguiente clave es el amor verdadero, a la humanidad y a todo lo creado, a todos los vivientes, el amor une más allá de la realidad material, el amor nos une a Él y nos hace uno con el Todo, nos vincula con el Cosmos Magnífico.
Finalmente, pero no menos importante, la clave de la desvinculación a lo material, a la riqueza, a las posesiones, a los honores, a la gloria, al cuerpo físico.  Lo material y el cuerpo son el medio en donde se manifiesta y evoluciona el Espíritu, más no son el fin, solo son vehículos para la evolución espiritual a un estado superior. El desapego da libertad.
Tan fácil pero tan difícil a la vez. A esto obedece la celebración de la Natividad de Jesucristo, por eso es tanta alegría.
Después de estas reflexiones personales, quiero desear para ti y los que amas unas felices Fiestas de Navidad y un excelente año nuevo 2016.




Fraternalmente Francisco,
Memento Audere Semper











México MMXV

sábado, 28 de noviembre de 2015

El Momento Presente




El Momento Presente

La Vida se compone de momentos, innumerables instantes y sucesos entrelazados.

El momento pasado ya pasó, el tiempo futuro esta por venir, aún no ha llegado. 

Solamente contamos para vivir con el momento presente, se está vivo ahora. 

En el momento presente respiramos, nos movemos, creamos...

En el ahora amamos, reímos, lloramos, nos encontramos,...

En presente sucede todo, nacemos, vivimos y morimos. 



Todo lo que es, es ahora mismo.

La única realidad es la presente, el ahora, el día de hoy, éste instante mismo. 

Así, en éste hermoso día: ama, crea, ayuda, construye, sonríe, sirve, bendice, cuida con amor y compasión... 

A todos los seres, a la Vida, a la Tierra, al Universo. 



Ahora, el presente es el mejor momento para hacerlo.

Consciente, despierto, atento, actúa ahora, vive ahora.

Amor, Paz y Armonía.



Francisco Valdés de la Torre
Memento Audere Semper














México MMXV

sábado, 14 de noviembre de 2015

Paix Dans Le Monde. Paix Dan Le France. Paix Dans Lebanon


Homenaje a los caídos en El Líbano y Francia.

Hoy despertamos con una noticia triste: la irracionalidad y la violencia se esparcen por el mundo, ahora toca el turno a la patria  Francesa y  Líbano que son vulnerados por la agresividad bárbara de fundamentalistas que han causado  muertes de seres humanos y dolor a sus familias, lastimando a Francia, a Líbano  y a todo el mundo civilizado. 
Vivimos en un mundo global e inter-dependiente;  de hoy en adelante tenemos que ser conscientes de que las acciones que tomemos en nuestra casa o en otras regiones del planeta, sean guerras o devastación,  eventualmente repercutirán en nosotros mismos y en nuestras naciones. Porque Todos Somos Uno. 
Hoy hago manifiesta mi solidaridad con la gente de Francia y Líbano, y ruego por los caídos en estas masacres. 
Paz en el Mundo. 
Francisco


Aujourd'hui me suis réveillé avec une triste nouvelle : l'irrationalité et la violence sont dispersées dans le monde, maintenant c'est au tour du territoire Français et Lebanon qui sont violé par l'agression barbare des fondamentalistes qui ont causé mort d'homme et de la douleur de leurs familles, blesser France et Lebanon, et partout dans le monde civilisé.
Nous vivons dans un monde global et interdépendantes ;  a partir d'aujourd'hui vers l'avant, nous devons être conscients que les mesures que nous prenons dans notre maison ou dans d'autres régions de la planète, sont des guerres ou dévastation, ils influeront finalement sur nous-mêmes et nos Nations. Parce que nous sommes tous un.
Aujourd'hui j'ai manifester ma solidarité avec le peuple de France et Lebanon, et je prie pour les morts de ce massacres.
Paix dans le monde.
Francisco

Today woke up with some sad news: the irrationality and violence are scattered around the world, now it's the turn of French homeland and Lebanon that are infringed by the barbarous aggression of fundamentalists that have caused deaths of humans and pain to their families, hurting France, Lebanon and all over the civilized world.
We live in a world of global and interdependent;  from today forward, we have to be aware that the actions that we take in our House or in other regions of the planet, are wars or devastation, they will eventually impact on ourselves and our Nations. Because we are all one.
Today I do manifest my solidarity with the people of France and Lebanon, and I pray for the fallen of this massacre.
Peace in the world.
Francisco



(para escuchar los videos apagar la música de la página)


PAZ EN LÍBANO Y EN EL MUNDO





PAZ EN FRANCIA Y EN EL MUNDO






Francisco Valdés de la Torre
Memento Audere Semper



México MMXV



sábado, 27 de junio de 2015

LAUDATO SI, Sobre El Cuidado De La Casa Común. Papa Fracisco



Laudato Si

A continuación transcribo los comentarios del Filósofo, Teólogo y Ecologista Leonardo Boff a propósito de la encíclica  "LAUDATO SI" del 24 de mayo de 2015, del Papa Francisco, sobre el cuidado de la casa común, un tema de interés actual y global para todos, en tanto atañe a la salud y viabilidad de la vida en el planeta, nuestra Madre Tierra, amenazada por nuestros propias acciones, inconscientemente ignorando que todo y todos estamos conectados, que los recursos del planeta son finitos y que privilegiar el lucro y el consumo es un error.
Leonardo Boff comenta  en su Carta Magna de la ecología integral: grito de la Tierra / grito de los pobres." del 19 de junio de 2015:
            "Antes de hacer cualquier comentario vale la pena resaltar algunas singularidades de la encíclica Laudato sí' del Papa Francisco.
            Es la primera vez que un Papa aborda el tema de la ecología en el sentido de una ecología integral (por lo tanto que va más allá de la ambiental) de forma tan completa. Gran sorpresa: elabora el tema dentro del nuevo paradigma ecológico, cosa que ningún documento oficial de la ONU ha hecho hasta hoy. Fundamenta su discurso con los datos más seguros de las ciencias de la vida y de la Tierra. Lee los datos afectivamente (con inteligencia sensible o cordial), pues discierne que detrás de ellos se esconden dramas humanos y mucho sufrimiento también por parte de la madre Tierra. La situación actual es grave, pero el Papa Francisco siempre encuentra razones para la esperanza y para confiar en que el ser humano puede encontrar soluciones viables. Enlaza con los Papas que le precedieron, Juan Pablo II y Benedicto XVI, citándolos con frecuencia. Y algo absolutamente nuevo: su texto se inscribe dentro de la colegialidad, pues valora las contribuciones de decenas de conferencias episcopales del mundo entero, desde la de Estados Unidos a la de Alemania, la de Brasil, la de la Patagonia-Comahue, la del Paraguay. Acoge las contribuciones de otros pensadores, como los católicos Pierre Teilhard de Chardin, Romano Guardini, Dante Alighieri, su maestro argentino Juan Carlos Scannone, el protestante Paul Ricoeur y el musulmán sufí Ali Al-Khawwas. Los destinatarios somos todos los seres humanos, pues todos somos habitantes de la misma casa común (palabra muy usada por el Papa) y sufrimos las mismas amenazas.

            El Papa Francisco no escribe en calidad de Maestro y Doctor de la fe sino como un Pastor celoso que cuida de la casa común y de todos los seres, no sólo de los humanos, que habitan en ella.
            Un elemento merece ser destacado, pues revela la forma mentis (la manera de organizar su pensamiento) del Papa Francisco. Este es tributario de la experiencia pastoral y teológica de las iglesias latinoamericanas que a la luz de los documentos del episcopado latinoamericano (CELAM) de Medellín (1968), de Puebla (1979) y de Aparecida (2007) hicieron una opción por los pobres contra la pobreza y a favor de la liberación.

            El texto y el tono de la encíclica son típicos del Papa Francisco y de la cultura ecológica que ha acumulado, pero me doy cuenta de que también muchas expresiones y modos de hablar remiten a lo que viene siendo pensado y escrito principalmente en América Latina. Los temas de la «casa común», de la «madre Tierra», del «grito de la Tierra y del grito de los pobres», del «cuidado», de la «interdependencia entre todos los seres», de los «pobres y vulnerables», del «cambio de paradigma», del «ser humano como Tierra» que siente, piensa, ama y venera, de la «ecología integral» entre otros, son recurrentes entre nosotros.
            La estructura de la encíclica obedece al ritual metodológico usado por nuestras iglesias y por la reflexión teológica ligada a la práctica de liberación, ahora asumida y consagrada por el Papa: ver, juzgar, actuar y celebrar.

            Comienza revelando su principal fuente de inspiración: San Francisco de Asís, al que llama «ejemplo por excelencia de cuidado y de una ecología integral, y que mostró una atención especial por los más pobres y abandonados» (nº 10 y 66).

Y entonces empieza con el ver: «Lo que le está pasando a nuestra casa» (17-61). Afirma el Papa: «basta mirar la realidad con sinceridad para ver que hay un gran deterioro de nuestra casa común» (61). En esta parte incorpora los datos más consistentes referentes a los cambios climáticos (20-22), la cuestión del agua (27-31), la erosión de la biodiversidad (32-42), el deterioro de la calidad de la vida humana y la degradación de la vida social (43-47), denuncia la alta tasa de iniquidad planetaria, que afecta a todos los ámbitos de la vida (48-52), siendo los pobres las principales víctimas (48).

            En esta parte hay una frase que nos remite a la reflexión hecha en América Latina: «Pero hoy no podemos dejar de reconocer que un verdadero planteo ecológico se convierte siempre en un planteo social, que debe integrar la justicia en las discusiones sobre el ambiente, para escuchar tanto el grito de la Tierra como el grito de los pobres» (49). Después añade: «el gemido de la hermana Tierra se une al gemido de los abandonados del mundo» (53). Esto es absolutamente coherente, pues al principio ha dicho que «nosotros somos Tierra» (2; cf. Gn 2,7), muy en la línea del gran cantor y poeta indígena argentino Atahualpa Yupanqui: «el ser humano es Tierra que camina, que siente, que piensa y que ama».
Condena la propuesta de internacionalización de la Amazonia que «solamente serviría a los intereses económicos de las multinacionales» (38). Hace una afirmación de gran vigor ético: «es gravísima iniquidad obtener importantes beneficios haciendo pagar al resto de la humanidad, presente y futura, los altísimos costos de la degradación ambiental» (36).

            Con tristeza reconoce: «nunca habíamos maltratado y lastimado a nuestra casa común como en los dos últimos siglos» (53). Frente a esta ofensiva humana contra la madre Tierra que muchos científicos han denunciado como la inauguración de una nueva era geológica –el antropoceno– lamenta la debilidad de los poderes de este mundo que, engañados, «piensan que todo puede continuar como está» como coartada para «mantener sus hábitos autodestructivos» (59) con «un comportamiento que parece suicida» (55).

            Prudente, reconoce la diversidad de opiniones (nn.60-61) y que «no hay una única vía de solución» (60). Así y todo «es cierto que el sistema mundial es insostenible desde diversos puntos de vista porque hemos dejado de pensar en los fines de la acción humana» (61) y nos perdemos en la construcción de medios destinados a la acumulación ilimitada a costa de la injusticia ecológica (degradación de los ecosistemas) y de la injusticia social (empobrecimiento de las poblaciones). La humanidad simplemente «ha defraudado las expectativas divinas» (61).
            El desafío urgente, entonces, consiste en «proteger nuestra casa común» (13); y para eso necesitamos, citando al Papa Juan Pablo II: «una conversión ecológica global» (5); «una cultura del cuidado que impregne toda la sociedad» (231).
Realizada la dimensión del ver, se impone ahora la dimensión del juzgar. Juzgar que es planteado en dos vertientes, una científica y otra teológica.

            Veamos la científica. La encíclica dedica todo el tercer capítulo al análisis «de la raíz humana de la crisis ecológica» (101-136). Aquí el Papa se propone analizar la tecnociencia sin prejuicios, acogiendo lo que ha traído de «cosas realmente valiosas para mejorar la calidad de vida del ser humano» (103). Pero este no es el problema, sino que se independizó, sometió a la economía, a la política y a la naturaleza en vista de la acumulación de bienes materiales (cf. 109). La tecnociencia parte de una suposición equivocada que es la «disponibilidad infinita de los bienes del planeta» (106), cuando sabemos que ya hemos tocado los límites físicos de la Tierra y que gran parte de los bienes y servicios no son renovables. La tecnociencia se ha vuelto tecnocracia, una verdadera dictadura con su lógica férrea de dominio sobre todo y sobre todos (108).

            La gran ilusión, hoy dominante, reside en creer que con la tecnociencia se pueden resolver todos los problemas ecológicos. Esta es una idea engañosa porque «implica aislar las cosas que están siempre conectadas» (111). En realidad, «todo está relacionado» (117) «todo está en relación» (120), una afirmación que recorre todo el texto de la encíclica como un ritornelo, pues es un concepto-clave del nuevo paradigma contemporáneo. El gran límite de la tecnocracia está en el hecho de «fragmentar los saberes y perder el sentido de totalidad» (110). Lo peor es «no reconocer el valor propio de cada ser e incluso negar un valor peculiar al ser humano» (n.118).

            El valor intrínseco de cada ser, por minúsculo que sea, está destacado de manera permanente en la encíclica (69), como lo hace la Carta de la Tierra. Negando ese valor intrínseco estamos impidiendo que «cada ser comunique su mensaje y dé gloria a Dios» (33).

            La mayor desviación producida por la tecnocracia es el antropocentrismo. Este supone ilusoriamente que las cosas solo tienen valor en la medida en que se ordenan al uso humano, olvidando que su existencia vale por sí misma (33). Si es verdad que todo está en relación, entonces «nosotros los seres humanos estamos juntos como hermanos y hermanas y nos unimos con tierno cariño al hermano sol, a la hermana luna, al hermano río y a la madre Tierra» (92). ¿Cómo podemos pretender dominarlos y verlos bajo la óptica estrecha de la dominación?

            Todas las «virtudes ecológicas» (88) se pierden por la voluntad de poder como dominación de los otros y de la naturaleza. Vivimos una angustiante «pérdida del sentido de la vida y del deseo de vivir juntos» (110). Cita algunas veces al teólogo ítalo-alemán Romano Guardini (1885-1968), uno de los más leídos a mediados del siglo pasado, que escribió un libro crítico contra las pretensiones de la modernidad (105 nota 83: Das Ende der Neuzeit, El ocaso de la Edad Moderna, 1958).

            La otra vertiente del juzgar es de corte teológico. La encíclica reserva un buen espacio al «Evangelio de la Creación» (62-100). Parte justificando el aporte de las religiones y del cristianismo, pues siendo la crisis global, cada instancia debe, con su capital religioso, contribuir al cuidado de la Tierra (62). No insiste en las doctrinas sino en la sabiduría presente en los distintos caminos espirituales. El cristianismo prefiere hablar de creación en vez de naturaleza, pues la «creación tiene que ver con un proyecto de amor de Dios» (76). Cita, más de una vez, un bello texto del libro de la Sabiduría (11,24) donde aparece claro que «la creación pertenece al orden del amor» (77) y que Dios es “el Señor amante de la vida” (Sab 11,26).

            El texto se abre a una visión evolucionista del universo sin usar esa palabra, hace un circunloquio al referirse al universo «compuesto por sistemas abiertos que entran en comunión unos con otros» (79). Utiliza los principales textos que ligan a Cristo encarnado y resucitado con el mundo y con todo el universo, haciendo sagrada la materia y toda la Tierra (83). Y en este contexto cita a Pierre Teilhard de Chardin (1881-1955; nº 83 nota 53) como precursor de esta visión cósmica.
El hecho de que Dios-Trinidad sea relación de divinas Personas tiene como consecuencia que todas las cosas en relación sean resonancias de la Trinidad divina (240).

            Citando al Patriarca Ecuménico de la Iglesia ortodoxa, Bartolomeo «reconoce que los pecados contra la creación son pecados contra Dios» (7). De aquí la urgencia de una conversión ecológica colectiva que rehaga la armonía perdida.
La encíclica concluye esta parte acertadamente: «el análisis mostró la necesidad de un cambio de rumbo… debemos salir de la espiral de autodestrucción en la que nos estamos hundiendo» (163). No se trata de una reforma, sino, citando la Carta de la Tierra, de buscar «un nuevo comienzo» (207). La interdependencia de todos con todos nos lleva a pensar «en un solo mundo con un proyecto común» (164).

            Ya que la realidad presenta múltiples aspectos, todos íntimamente relacionados, el Papa Francisco propone una ecología integral que va más allá de la ecología ambiental a la que estamos acostumbrados (137). Ella cubre todos los campos, el ambiental, el económico, el social, el cultural y también la vida cotidiana (147-148). Nunca olvida a los pobres que testimonian también su forma de ecología humana y social viviendo lazos de pertenencia y de solidaridad de los unos con los otros (149).

            El tercer paso metodológico es el actuar. En esta parte, la encíclica se atiene a los grandes temas de la política internacional, nacional y local (164-181). Subraya la interdependencia de lo social y de lo educacional con lo ecológico y constata lamentablemente las dificultades que trae el predominio de la tecnocracia, dificultando los cambios que refrenen la voracidad de acumulación y de consumo, y que puedan inaugurar lo nuevo (141). Retoma el tema de la economía y de la política que deben servir al bien común y a crear condiciones para una plenitud humana posible (189-198). Vuelve a insistir en el diálogo entre la ciencia y la religión, como viene siendo sugerido por el gran biólogo Edward O. Wilson (cf. el libro La creación: cómo salvar la vida en la Tierra, 2008). Todas las religiones «deben buscar el cuidado de la naturaleza y la defensa de los pobres» (201).

            Todavía en el aspecto del actuar desafía a la educación en el sentido de crear una «ciudadanía ecológica» (211) y un nuevo estilo de vida, asentado sobre el cuidado, la compasión, la sobriedad compartida, la alianza entre la humanidad y el ambiente, pues ambos están umbilicalmente ligados, la corresponsabilidad por todo lo que existe y vive y por nuestro destino común (203-208).

            Finalmente, el momento de celebrar. La celebración se realiza en un contexto de «conversión ecológica» (216) que implica una «espiritualidad ecológica» (216). Esta se deriva no tanto de las doctrinas teológicas sino de las motivaciones que la fe suscita para cuidar de la casa común y «alimentar una pasión por el cuidado del mundo» (216). Tal vivencia es antes una mística que moviliza a las personas a vivir el equilibrio ecológico, «el interior consigo mismo, el solidario con los otros, el natural con todos los seres vivos y el espiritual con Dios» (210). Ahí aparece como verdadero que «lo menos es más» y que podemos ser felices con poco.

            En el sentido de la celebración «el mundo es algo más que un problema a resolver, es un misterio gozoso que contemplamos con jubilosa alabanza» (12).

            El espíritu tierno y fraterno de San Francisco de Asís atraviesa todo el texto de la encíclica Laudato sí'. La situación actual no significa una tragedia anunciada, sino un desafío para que cuidemos de la casa común y unos de otros. Hay en el texto levedad, poesía y alegría en el Espíritu e indestructible esperanza en que si grande es la amenaza, mayor aún es la oportunidad de solución de nuestros problemas ecológicos.
Termina poéticamente “Más allá del sol”, con estas palabras: «Caminemos cantando. Que nuestras luchas y nuestra preocupación por este planeta no nos quiten la alegría de la esperanza» (244).

            Me gustaría acabar con las palabras finales de la Carta de la Tierra que el mismo Papa cita (207): «Que nuestro tiempo se recuerde por despertar a una nueva reverencia ante la vida, por la firme resolución de alcanzar la sostenibilidad, por acelerar la lucha por la justicia y la paz, y por la alegre celebración de la vida»."

Por, Leonardo Boff
Filósofo, Ecologista y Teólogo Brasileño.


Subido Por:
Francisco Valdés de la Torre
Memento Audere Semper





México MMXV 

domingo, 31 de mayo de 2015

¿Qué es la Vida? A los Padres




¿Qué es la Vida?

Si alguien me preguntara: ¿Qué es la vida? Si no tengo que decirlo, lo sé ...pero si tengo que describirla ...entonces no lo sé, parafraseando a San Agustín de Hipona. 
La descripción aristotélica de la vida es la que aún se usa por comodidad: "Los seres vivos nacen, crecen, se reproducen y mueren" ...Aristóteles señalo algunas característica del ciclo vital, más no nos dice que es la vida


En realidad la Vida, la materia viviente, es un nivel de organización y complejización de la materia y la energía en el Universo, que adquiere por esta nueva organización y estructura en sistemas cerrados llamados organismos o individuos, propiedades en cuanto al aprovechamiento de la energía, auto-desarrollo, autonomía, autopoyesis, maduración, replicación o reproducción, en el proceso llamado evolución en la medida que surgen estructuras nuevas en la materia viviente, también surgen nuevas propiedades y funciones tales como las sensoriales, motoras, etc. Gracias al surgimiento y evolución del órgano maravilloso llamado cerebro aparecen capacidades cognoscitivas, emociones, afectos y la consciencia... la facultad de percibirnos como seres existente y percibir el entorno en donde nos desenvolvemos, darnos cuenta del propio ser y existir como entes separados de medio que nos rodea. Con la vida la materia se organiza y adquiere nuevas propiedades y funciones en un movimiento continuo desde que se es un ser vivo, desde que se nace, hasta que se disuelve y deja de serlo, hasta que se muere.

Esto es lo que se ha desarrollado delante de nuestros ojos en pocos meses y hoy se llama Francisco Elías, ¿Cómo ocurrió? ...sabemos del óvulo y el espermatozoide, pero ¿Cómo se gesta y desarrolla el embrión? ¿Cómo se llega a constituir un Ser Humano? sigue siendo un misterio... a pesar de las clases de embriología en la Facultad de Medicina, la embriología como materia de estudio siempre se me dificultó en los años de estudiante de Medicina, por más que la estudié y re-estudie tesoneramente... en mi interior siempre he percibido que lo que sabe la ciencia no es suficiente para comprender el origen del fenómeno que llamamos Vida.




Lo cierto es que él esta aquí, Francisco Elías esta aquí como prueba viviente de este maravilloso don Divino que es la Vida. Solamente como producto y creación de una Inteligencia Infinita puedo entender la existencia y surgimiento de tal fenómeno en el Universo.
La llegada de Francisco Elías ha sido un acontecimiento maravilloso, cada criatura que llega al mundo es una bendición, así este bebé es una bendición que agradezco con todo mi corazón.

 No todo el mundo aprecia la venida de un nuevo ser, es más hoy día muchos la rehuyen y evitan porque les priva de su libertad, interfiere con su 'proyecto de vida' lo triste es que ahora la legislación en varias naciones permite el homicidio de un ser indefenso tan campantemente, argumentando que 'aún no es un ser humano'...me estoy refiriendo a la permisividad del aborto, y yo les pregunto a esos sabihondos: ¿Qué es un ser humano? ¿Cuándo ya se es un ser humano? ¿Alguien lo sabe? ...algunos mueren de viejos y nunca llegaron a ser reales seres humanos... ¿Habría que haberlos eliminado por su inhumanidad? 


En realidad desde el momento de la concepción el nuevo ser ya posee completa, absolutamente completa la carga genética, la información total para ser lo que ya es: un ser en proceso de desarrollo ...como usted y como yo, y como aquellos 'inhumanos' que siempre tienen la oportunidad de cambiar en su barbarismo y fiereza y llegar a ser un verdadero ser humano... porque todos estamos inmersos en el proceso de la evolución, del cuerpo físico, de la psique y también del espíritu.

Así en el pequeño ser en formación desde el primer instante de su concepción ya mora en él el espíritu y toda la fuerza creadora del Cosmos, de la Madre Naturaleza ...es decir de Dios ...pues Cosmos y Natura son su operadores, ...así su desarrollo completo solamente es cuestión de tiempo ...como solo es cuestión de tiempo la transformación y desarrollo de cada uno de nosotros.


Con esta visión del ser humano es entendible la felicidad y la expectación que causa la llegada de este 'angelito' precioso a la familia, bien llegado sea, rodeado de mucho amor y los mejores augurios para un futuro de buenaventura, con salud y bendiciones. 
Esto les escribí a mi hijo y a su esposa, poco antes del nacimiento de Francisco Elías:

"Pronto serán padres, su hijo viene en camino, ustedes están siendo participes y testigos del milagro de la vida, no solo de la vida humana también de la vida en el Universo, la Vida es un proceso para el cual la ciencia aún no acaba de tener una explicación, vaya ni siquiera la podemos definir con exactitud, solo sabemos por intuición que algo está vivo o no lo está. Por lo tanto, la Vida es sagrada, así que ustedes dos están contribuyendo con sus propias vidas, con sus acciones, con su voluntad a la perpetuación de algo sagrado, esa es la verdadera importancia y trascendencia de ser padres, contribuir con su semilla al sostenimiento y a la evolución de la Vida sagrada en el Cosmos."​



Gracias por la llegada de Francisco Elías.


Francisco Valdés de la Torre
Memento Audere Semper












México MMXV