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lunes, 26 de septiembre de 2011

El Narciso, Narración y Leyenda



"El Narciso"
Hice mi residencia en medicina interna en el Hospital General de México, allí había hecho el internado de pregrado y gracias a la invitación del Dr. G. Katona, eminente jefe de servicio de reumatología, hice también el servicio social en investigación clínica, en un  protocolo con pacientes de artritis reumatoide, en el mismo nosocomio.
Llegado el momento presenté el examen de residencia y lo aprobé sin mayor trámite y escogí como sede al mismo HGM. Ya como médico residente tenía derecho a vivir, si así lo deseaba, en la residencia de médicos, edificio de ocho pisos, con un ala para los médicos residentes y la otra para las doctoras. Como no me agradaba manejar ni trasladarme de la casa de mis padres en Coyoacán, decidí irme a vivir a la "residencia de médicos" que además contaba con un  excelente servicio de comedor. Me alojé en el cuarto 402, en el cuarto piso, mismo que compartía con 2 residentes de anestesiología y uno de cardiología, que lo ocupaban para descansar un rato durante sus guardias, y solamente yo vivía allí de manera permanente. La encargada del aseo del cuarto piso era Julita, una señora de unos 66 años de edad, bajita, regordeta, de pelo canoso y de carácter algo tímido, su trabajo consistía en hacer los cuartos y el pasillo, que siempre lucían impecables, esta discreta mujer tenía un pequeño cubículo al final del pasillo donde guardaba los enseres del aseo, su cosas personales y siempre tenía algunas macetas con plantas.
Como habitante del cuarto piso pronto entable amistad con Julita, ya que pasaba la mayor parte de la semana en el hospital y en la residencia, solamente iba a visitar a mis padres el domingo por la tarde, pero el mismo domingo regresaba al hospital para evitar el tránsito de lunes por la mañana. Julita, se encargaba de lavar mis batas de hospital y camisas, por una módica cantidad, y ponía esmero en el aseo del cuarto que yo ocupaba.
Amante de la naturaleza, como siempre he sido, tenía en mi habitación algunas plantas y una pecera con caracoles, peces multicolores y plantas acuáticas que eran mi orgullo.
Un día Julita me preguntó si aceptaría me regalase una planta, de inmediato le conteste que sí, que me encantaría. El lunes siguiente encontré en una de las repisas del librero un envase de yogurt, de plástico, con una brillante hoja de color verde oscuro, de no más de 8 centímetros de largo. La coloqué junto a la ventana, para que recibiera la luz del día y la regaba cada semana, esperando que pronto brotaran otras hojas.
Pasaron las semanas y la pequeña hoja ni crecía, ni aparecían otras hojas más, ni flor tampoco alguna, sin embargo la hojita permanecía fresca y lozana sin secarse, ni marchitarse, que es lo que yo más temía fuese a ocurrir. Todos los días, a mañana y tarde, revisaba a la hojita, y todos los días la hojita estaba en la misma situación, ni para adelante, ni para atrás.
El tiempo pasó, pasaron unos 6 meses, había perdido la esperanza de que ocurriese algún cambio positivo, más bien pensaba que en cualquier momento, la hojita, se marchitaría, sin embargo un buen día, con júbilo encontré que en el pie de la hojita apareció un pequeño brote puntiagudo, no lo podía creer, mi hojita estaba dando señales de vida, ¡Tenía un retoño!. Una nueva hoja creció, de mayor tamaño que la primera, y a esa la sucedió otra, y otra y otra hasta convertirse en un hermoso ramo de hojas verde brillantes y oscuras, pronto el envase de yogurt fue insuficiente para contener esa explosión de vida y un domingo fui a comprar una linda maceta color rosa mexicano oscuro y trasplanté a "narciso".
Narciso se puso muy hermoso en su nueva maceta y un buen día lo regalé a la chica con la que salía, que pasado el tiempo fue la madre de mis hijos, y fue a parar a la casa de sus padres, pasados pocos años ellos murieron y narciso regresó a mí y aquí permanece.
De todo eso han pasado más de 26 años, la historia aún continua larga pues mi narciso, a diferencia de Julita - quien allí murió -, se las ingenió para sobrevivir al Gran Sismo del 85 y aún sigue conmigo, es un recuerdo de esa bella etapa de mi vida y de esa sencilla mujer que, como muestra de amistad, bondadosamente me obsequió aquella minúscula hojita.
Él ha sobrevivido a muchas personas, catástrofes naturales y crisis familiares y todavía hasta el día de hoy, de cuando en cuando, generalmente coincidiendo con ocasiones importantes, me regala sus hermosas flores, y todos los días su compañía y cariño, ¿Quien dice que las plantas no tienen sentimientos?

Leyenda de Eco y Narciso 
(un amor no correspondido)
Narciso era un joven de una extraordinaria e irresistible belleza, hijo del río Cefiso y de la ninfa Liríope. Poseía una belleza tan embaucadora que enamoraba perdidamente a todo aquel que tuviese la mala fortuna de contemplar su rostro. Pero su arrogancia y su soberbia le hacían despreciar a todas y cada una de las doncellas que caían rendidas a sus pies. Hacía continuamente caso omiso a las insinuaciones y declaraciones de amor que le profesaban. Un día que Narciso se encontraba tumbado en un prado, abandonado plácidamente en los brazos de Morfeo, soñando seguramente consigo mismo, apareció paseando por allí una ninfa llamada Eco, que tras contemplarlo gentilmente dormido, quedó prendada enseguida de su hermosura, perdidamente enamorada y viendo que Narciso se había despertado y se disponía a alejarse de aquel lugar, intentó salir de detrás de un árbol, pero al pisar una rama seca que había en el suelo, produjo un sonido que alertó a Narciso.
- ¿Quién anda por ahí?
- ¿Ahí? Le contestó Eco
- ¿Quién eres? ¿Por qué no vienes?
- ¿Vienes? Le preguntó Eco
- ¿Dónde estás? No puedo verte
- Puedo verte, repitió Eco
- Ya estoy harto, me voy
- Me voy, dijo Eco, queriendo decir todo lo contrario
Ella lo siguió, pero él no quiso saber nada de una ninfa con una conversación tan estúpida, y se alejó rápidamente de ella. Eco anduvo sin rumbo hasta un acantilado donde fue marchitándose de amor y humillación hasta que sólo perduró su voz, aun muerta se le oye en lugares parecidos repetir las últimas palabras que oye. Eco era víctima de una maldición impuesta por la diosa Hera, que la condenaba a repetir siempre la última palabra, pero nunca la primera. A causa de la ayuda que prestó Eco, a sus espaldas, a las amantes de Zeus.
Al enterarse de su muerte, las hermanas de Eco pidieron ayuda a Némesis, hija de la noche y diosa de la venganza. Ésta accedió, y para vengar a Eco y al resto de mujeres que languidecían por culpa de Narciso, lo condenó impulsándolo a beber de una fuente cristalina donde se viese reflejado. Cuando Narciso vio aquel rostro tan bello, quedó extasiado, intentó atrapar aquella belleza con la mano, pero cuando tocaba el agua la imagen desaparecía, al fin sufrió la amargura y el tormento del amor no correspondido. Así pasaron los días, se olvidó de comer y de beber, absorto en la imagen perfecta, esperando a ser correspondido por su propio reflejo. Poco a poco sus piernas se convirtieron en raíces, su cuerpo en tronco, sus brazos en ramas y su hermosa cabeza en una maravillosa flor que desde entonces lleva su nombre.
Narciso murió víctima de su propia vanidad y arrogancia por un amor no correspondido, y así Eco fue vengada.

Francisco Valdés de la Torre
Memento Audere Semper


Septiembre 19, de 2011.

sábado, 24 de septiembre de 2011

Rio do Sul - Brazil, Bajo el Agua


Rio do Sul
Comparto de corazón esta comunicación tan pesarosa que aqueja a muchos hermanos Brasileños ante este desastre natural ocurrido la semana anterior.
Las fuerzas de la naturaleza muchas ocasiones son impredecibles, convivimos en este hermoso planeta, con ellas como quien yace junto a un animal salvaje dormido y no sabemos cuando va a despertar, mientras duerme parece apacible e inofensivo, más cuando despierta la furia que despliega puede ser incontenible y mortal para nosotros los seres humanos, frágiles por naturaleza. Eso es lo que estas imágenes de Río do Sul nos muestran el día de hoy: un bello paraíso, una hermosa ciudad circundada por ríos en un entorno natural exuberante de verdor, que cuando las lluvias desatan las fuerzas naturales de sus aguas, se ve inundada por ellas afectando gravemente a sus moradores... con las consecuentes pérdidas materiales y de vidas humanas. 
Más los designios divinos son incontestables e incógnitos para nosotros... solamente con paso del tiempo algunos podrán comprender el significado del dolor y el sufrimiento derivados del suceso. 
Parecerá  frívolo mi comentario, pero la música de ese violín solitario con el piano en el fondo, que la autora del clip ha colocado en el video refleja con gran precisión ese término tan brasileiro para ese sentimiento del alma: la saudade, tristeza, melancolía o una nostalgia, que en lo personal he sentido cómo mi corazón se estruja ante la devastación y el dolor que hay ante mis ojos, afligiendo a nuestros hermanos brasileños. 
Ruego al buen Dios, que todo lo puede y nos ama infinitamente, mire con misericordia a los pobladores de Rio do Sul y les dé la fuerza y serenidad para remontar la desgracia y el dolor de este desastre natural.

Sinceramente

Francisco Valdés de la Torre
Memento Audere Semper



jueves, 1 de septiembre de 2011

A los Niños y Víctimas de Beslán




Una Blanca Nube sobre Beslán...

Es de mañana…!
El cielo se ve extremadamente tranquilo,
No obstante, de improviso,
Escucho una melodía que viene de lejos,
Canta una alondra…!
Me parece que tener una visión panorámica del gentío abajo es fascinante.
Ahora, en una de las casas se ha encendido la luz,
Y tres niños descalzos han salido de otra.
Puedo oír el ladrido de un perro y el canto de los gallos,
El silencio se ha llenado de sonidos.
En cuanto a mí, sigo orando por el cielo,
Soy… una nube…!

Emma de 12 años. R.I.P.

Falleció en Beslán en Osetia del Norte, Rusia, el 03 de septiembre de 2004 en el atentado terrorista.

  
"El 3 de septiembre de 2004 el horror se expandió por la ciudad de Beslán en Osetia del Norte. Luego de tres días de tensión e incertidumbre, la toma terrorista de la Escuela Núm. 1 llegó a su fin, cobrando la vida de 335 personas, incluidos 186 niños. Conmocionando a la comunidad internacional."

Mi corazón llora al recordar esta tragedia,
porque Todos somos Uno y la desgracia de nuestros hermanos, en cualquier lugar del planeta nos concierne a todos.
Ruego al Buen Dios lleve amor y consuelo a los padres de los niños, a los familiares de las víctimas y al pueblo de Osetia del Norte.

Porque la irracionalidad y la violencia no son la solución a nuestras diferencias, la violencia y el odio solamente engendrarán mas odio y violencia...

¡Demos una oportunidad al humanismo, a la paz y al amor en el mundo!


Francisco Valdés de la Torre
Memento Audere Semper